Las familias magnéticas de Nobili
Todos
los sueños de noviembre comenzaban de la misma forma; unas hermosas damiselas
flotando sobre un campo magnético de cristal fluorescente con las caras desalentadas.
Cada una de ellas, improvisaba un aria inmaculada y certera. A pesar de sentir
la sombra del miedo, detrás de las cortinas, en cada respiración del imantado escenario: el espectáculo continuaba su itinerario. Sin embargo, aquellas sombras pavorosas; terminaron por convertirse en público luminescente. Desde, ese instante,
comenzaron a cantar todo su repertorio en Do menor. Finalmente, sonrieron
sardónicamente a la platea y desaparecieron como en un prestigioso truco de
magia.
—Esto
es insoportable. ¡Por Dios, qué crueldad! Me parece terrible—esputaba una
voz. Desde el fondo, del decadente patio de butacas. La barÃtono del cuarteto
miraba su libreto de notas convertido en algoritmo caótico.
Aquel
programa cambiaba de grafÃa y se transformaba en pétalos de flores multicolores
que caÃan y volvÃan a elevarse. El olor que desprendÃa aquel libreto, no era
precisamente a orquÃdeas salvajes, sino un hediondo légamo dentro de un millón
de letrinas embozadas.
—Todo
sigue igual. Sin cambios. Tan solo, un halo de éxtasis, a modo de tiempo muerto,
parecÃa ser la nueva eternidad. Me pareció la gran pantomima de un patético
infierno —Comentaban las luciérnagas, mientras traÃan el celestial aroma a pan
horneado. ¡No, no! Estás muy equivocado. ¡TÃo listo! No voy a servirte ni te serviré
jamás. Tu alternativa es lo más parecido a llorar o sentir el punzón de tu
maldita enfermedad crónica. —Ah! Cabrona. ¡Piedad, por favor! Nunca cambiaras, ni sabrás del
significado de tal palabra. No tiene sentido, perder el tiempo en tu puta
cantinela.
Tu
ADN lleva grabada la palabra, perdedor.—Le respondió ella. El pilar del flujo
de magma que olÃa a caspa y barras de chocolate recién desprecintadas del
paquete, empezó a atragantarse entre risas flojas. En aquel lugar
las vibraciones eran bizarras y descompasadas. Cuando la rotura del cristal de
una bombilla crujió en mi estribo. Pero, todo quedó en una almádena que
se estrelló contra el cerebro de aquella alcahueta.
—A
esos que sirves, ya no te ven como una persona, ahora eres un arma sensible. Un
artefacto viviente para guardar y sacar cuando necesitan. Algo destruido.
Ansias la libertad, pero estás encadenado a tus Domines. ¡SÃrveme y te daré
toda la libertad que quieras! Una ola de rayos gamma se iba concentrado a
marchas forzadas. Ella sacudió la cabeza violentamente y gritó. Parece que alguien o algo desconocido rompió las
barreras; y ahora la ley pura está en los planos de la realidad virtual.
La
ley pura es veneno para los seres vivos, pues, cambian. —Eso es tan malo como
la propia interpenetración del caos. Ahora, sabrá cuál es la situación. —Prepárese
para estar listo, en cualquier momento. Cuanta más información tenga; el diseño del plan de ataque dejará de ser una quimera. Mi garganta la notaba seca. ¡Hora de beber! Venga,
idiotas! Beban. Es gratis. Nobili se inclinó ante su público y se dirigió
rápidamente hacia la puerta. De repente, un
extraño rayo de energÃa cayó del cielo y golpeó los cristales de la tramoya. Su
armonÃa dejó una sonoridad tripartita que se intensificaba, cada vez que
sorbÃas un poco de vodka. Nobili sintió la naturaleza de una deformidad —dentro
del rayo ámbar— de energÃa que fulminó el escenario. Fuera lo que fuera,
estaba hecho con una alineación y simetrÃa perfecta. Realmente, prodigioso.
Aunque la viga tenÃa un ángel pegado a una escocia. Nunca supimos si era un ser
bueno o malo. Definitivamente, Nobili se despertó y espetó: ¿aprendieron algo de
expuesto hoy aquÃ? —Creo que va a ser que no. No se preocupen, estas cosas pasan
en las mejores familias.
FIN
Dedicado
a Johnny Hallyday Junio 1943/diciembre 2017 In Memoriam
Fotogramas
adjuntados
Edison,
the Man by Clarence Brown (1940)
Primer by Shane Carruth (2004)
The
Invisible Man by James Whale (1933)
The
Imitation Game by Morten Tyldum (2014)
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