“Martin, Bertolucci y Malle. La Yocasta más fatale del S.XXI es Gretchen Mol”
“Edipo,
hijo del rey Layo de Tebas y Yocasta, había sido abandonado poco después de
haber predicho el oráculo que mataría a su padre y se desposaría con su madre.
Abandonado para que muriera, fue encontrado y llevado ante el rey Pólibo de
Corintio, que no tenía hijos. Edipo creció así sin conocer cuál era su origen,
ni la profecía que signaba su destino. Luego de asesinar a Layo, Edipo marchó en dirección a Tebas y libró a la ciudad de la Esfinge.
Éste, le retó a una adivinanza, la cual, se tornó en desgracia para el joven
Edipo. Pues, la resolvió. Pero Edipo sería proclamado Rey y contraería matrimonio
con Yocasta, sin saber que ésta era su madre. Tiempo después, se desata una
plaga y el Oráculo culpa al asesino del Rey Layo, entonces Edipo se da cuenta
que fue él quien le dio muerte. Finalmente, Edipo descubre las circunstancias
de su nacimiento. Yocasta, horrorizada, se suicida y Edipo, se saca los ojos.” (Apolodoro,
Biblioteca 3. 5. 7). Contundente, fascinante y lúgubre historia con la que les
ilustro este último post del 2012. El gran Sófocles saca una sabia moraleja; “Ni
siquiera aquel
que parece más feliz está libre de caer en desgracia”. ¿Qué haría una madre por
su hijo? No tengo respuesta a semejante enigma. Sólo sé, que mi madre era
hermosa, murió joven y vivió sólo para mi, su hijo. Nunca le pregunté el
porqué. Algo de todo esto barruntaba por
la cabeza del maestro, Martin Scorsese.
Decidido
a saldar algunas cuentas pendientes con su visión gansteril y viejas epopeyas de antaño, sin resolver. No se lo pensó dos
veces. Lo primero, porque es el cineasta más culto de su generación en EE.UU.
Cinéfilo implacable— el Italonorteamericano
de Queens, NY— viejo enamorado del Neorrealismo y todas sus variantes. Así,
como un incondicional de la Nouvelle Vague. Necesitaba del ingenio de los
Winter and Cia para completar su póker del crimen en la televisión que hace
cine para la gente con buen gusto, HBO. Lanzó un escorzo sutil al sagaz D. Terence
y Mr. Van Patten, sugiriendo la idoneidad
de la ingenua y juvenal, Gretchen Mol como la nueva Yocasta de este S.XXI. Un ser con destellos
de Mirna Loy — actriz de los felices 20 — en aquellas películas de gangsters de W.S. Van
Dyke. Y, posteriormente, la madurez la
convirtió en una estrella del melodrama. Todo ello rezumado de un carácter y
una belleza cercana a la gélida Joan Bennett en “La fugitiva del los trópicos” (1938).
No fue tan fácil su elección ni tan previsible su apuesta. Empero, ¿creen que
la deliberación del personaje cumple con unos cánones más cercanos a Wellman o
Walsh? No, pero sí. Me explico hay dos mujeres que marcan —empedernidamente— la
resolución de la reina Yocasta.
Dos
féminas, fundamentales, para entender a la madre Gillian, Yocasta de fatales.
La primera, la actriz Jill Clayburth, en aquella obra de culto de Bertolucci:
“La Luna” (1979). Y en segundo lugar, la hermosa Lea Massari en la contundente
“Soplo al corazón” (1971) de L. Malle. Ahí es donde se evidencia el plus de un
director exquisito y espléndido cuando entra en la resolución de su catarsis personal. Los
destinos de las madres citadas y las
pasiones de sus hijos perdidos por la
factoría de ficción Made in USA más
inquietante tienen sus antecedentes. Piensen por un instante la satisfacción, que
me ha proporcionado el canal mágico de cable del grupo Time Warner. No sé como
decírselo, pero me he enamorado de esta actriz y la serie de TV más hermosa de
los últimos ocho años. Un prodigio del arte escenográfico y la narrativa visual
en un periodo fastuoso, convulso e innovador como aquellos locos años 20.
Siempre me quedaré con un deseo en esta vida. Visionar en la sala central del
complejo Kinepolis en la Ciudad de la Imagen algo tan soberbio: la adictiva Boardwalk Empire. Ya sé que esta frase la
repito hasta la saciedad (lo digo y dije de Mad Men) y alguno me dirá si tengo
sobredosis Boyerista. No de verdad. Al mediático crítico lo conocí—
personalmente— en un Seminario de cine español. No es tan fiero como lo pintan.
Y en las distancias cortas evidencia un discurso culto—Tampoco, me llevo ningún
porcentaje por hablar bien de HBO. Pero, es lo más cercano al cine de calidad (muchas
tramas con las que he crecido). Sin embargo, no es momento para esbozar el frenesí
que me produce este fenómeno de ficción y talento, donde el maestro Scorsese se
ha redimido de algunas de sus mayores frustraciones.
Mujer
dura y tierna cuando quiere. Pero,
esencialmente, luchadora. No eran tiempos, de los que se atan longanizas a las
colas de los perros en la América de 1900 y con el Sambenito de madre soltera:
la baraja pintaba bastos en su destino. No obstante, se cultivó de buen gusto, ya que el padre
aristócrata ejercía la doble moral del tirano de la vieja Tebas. El mecenas filántropo de la ciudad. Atisbamos
una mujer cuidadosamente, vestida, de hablar dulce, elegante y con esa imagen
de Circe distinguida. En el fondo, se divisa cierto poso de modernidad y
algunos puristas la ven feminista ¿Por qué, no? El feminismo, inteligente es
ser mujer. Tanto tiempo reprimiendo
la furia para embaucar a su mayor tesoro; su hijo y solventar el linchamiento
del rey sátrapa: el Comodoro. Es curioso cómo el karma vuelve contra ella y lo
que más quería, su rey Edipo (Jimmy) acaba en el pozo del oráculo con un tiro
en frente. Mención, aparte habría que dedicarle a este maravilloso actor— pura casualidad
—, que interpretase un papel memorable en un film de Bertolucci, “Soñadores” (2003)
con aromas Nouvelle Vague, en un ménage à trois cautivador. Es en ese periodo—llamémosle—
de maceración intelectual, cuando viaja a la universidad de Princeton donde
comienza a demostrar su talento y los primeros atisbos de enamoramiento con
la juvenal pintora Angela Darmody (futura esposa) y de final desgraciado. El
cable conductor se desfasa para crear una nueva anomalía: el toque simbólico. La tortuosa relación materno-filial. El amor, que reside en los corazones de sus dos protagonistas, y ese código
de lealtad que se profesan sus respectivas existencias. Es en realidad, el
nexo simbiótico de una relación estrecha y pleistocena, entre una madre aracnoide y su hijo.
No se
opera el pasaje del ente yoico—
que diría Freud —atrapado en la fascinación del espejo. Aún más, podemos ver un
yo incipiente, primitivo, original, que se angustia ante la fragmentación. La
castración simbólica del padre—el ictus—, a quien concibe como el legítimo
tirano. Hostil, distante y, en cierta medida responsable de la desgraciada
vida de su madre: cómo es ella y en lo que se ha convertido. Transformada, en la tarántula que teje el mal: una malla donde acabas atrapado. Ahora, en la soledad del
embuste y la desgracia toca bailar con “Sugar brown” en la mansión del
ajusticiado déspota, bautizado en burdel sangriento. Ni las notas de Mendelssohn, ni
todo el polvo marrón de Charly “Lucky” Luciano, ni el alcohol de Nucky
Thompson. Incesto,
homosexualidad, promiscuidad, prostitución, sadismo, masoquismo, bondage y el súmmum de toda perversión, a la carta. Todo vale. Dentro de un plano coherente, en un claro contraste
donde el hermetismo parental sale de su cascarón para dejarnos ver una
obra maestra de mujer y la caótica Gomorra de los hipnóticos años 20. Yo, JCA, rindo pleitesía y devoción a mi nueva diosa, la reina Yocasta en su
Hotel&Lounge de la noctámbula Atlantic City. El prostíbulo más hermoso
desde “La pequeña” (1978) del gran Malle y lo siento, de todo corazón, por los Bonellistas. Pero me pone más este lenocinio. Alojando la simiente del crimen de ese país que
me provoca pasión y paroxismo por su idiosincrasia del tejido social más
heterodoxo de la galaxia. Sí. Estamos de enhorabuena, Scorsese y su grey nos ha traído a la dueña absoluta de todos los burdeles
habidos y por haber. Bendito Edipo que ya estás en los altares. Los que te queremos,
reina Gretchen, te saludamos; que los dioses te guarden largos años igual de hermosa.
Dedicado a la primera femme fatale
que conocí: mi abuela materna, Dña. Remedios Giménez Marzo (1900-1996)
Bibliografía recomendada:
“Áyax, Las Traquinias, Antígona y Edipo” de Sófocles Ed.
Alianza 2011
“Ensayos sobre la vida sexual y la teoría de la neurosis” de
S. Freud Ed. Alianza 2011”
“La nueva ficción Made in Usa: HBO y otros canales” por Jon C.
Alonso
“Boardwalk Empire” HBO y Sexta TV