La confesión de Estefanía Vitale

junio 28, 2025 Jon Alonso 0 Comments

 



               Por favor, consideren esto como mi confesión completa. No deseo morir con el corazón angustiado.

 

Ojalá pudieras verlo ahora mismo. Él, se está preparando para asestar el golpe final, y sé que estaré muerta en cuestión de segundos; sin embargo, incluso, cuando alberga el asesinato en sus ojos: nunca he visto un ser humano más atractivo, más seductor, más, de los más. Joder! Tías. ¡Es la hostia, qué hermoso es el cabrón! Por favor, no te ofendas por esto, estoy seguro de que estás sintiendo la tentación como un escalofrío que recorre toda tu espalda. Probablemente te habría acosado y herido también, tantas veces como a él, si hubiéramos tenido el placer de conocernos antes de mi muerte. No estoy segura de con quién estoy hablando. Usted es probablemente un producto de mi imaginación, así que voy a dejar que vos elija su identidad. Lo dejamos, en: —un sacerdote con buenas intenciones? ¿Un ministro lleno de mierda? ¿Un juez nefasto? ¿Mi mejor amigo? ¡Qué puta que es la vida y que momentos me ha dado! —Sí, se lo digo con el corazón en un puño y casi de rodillas.

 




¿Crecimos juntos, escondiendo nuestras extremidades desgarbadas debajo de un escritorio, nuestras risas zaheridas y ensombrecidas por una de esas enormes sillas de oficina de Herman Miller después de haber aterrorizado a nuestros vecinos? ¿O fuiste tú quien finalmente me atrapó, me reprendió por haber existido alguna vez (como si hubiera elegido hacerlo), antes de tí, al igual, como mi querido Ernesto, en memoria de todas mis víctimas?—¿ Me golpeara muerta, abrumada por esa alegre sensación, de estar librando al mundo de una plaga? Aquí está mi consejo —por favor abstenerse de elegir su identidad hasta que termine mi confesión.

 



No deseo juicios mediáticos ni empatía. No deseo miradas de desdén o comprensión. Nací en una familia de acosadores, torturadores, corruptos, puteros y mentirosos patológicos: lo peor de lo peor. Cómo nos habían llamado… Ah! Sí. Ya recuerdo que éramos de esos que disfrutábamos del apuñalamiento, como si el hecho de perforar a otros, en sus torsos, fuera cómodo. Tremendo. Cuando, todo el mundo disfruta con una caricia, un abrazo, un beso tierno; pero no deseo morir como mi familia me hizo. Ya me concedieron medio deseo, morir en los brazos del divino Artemio. Así que concédeme la otra mitad. Concédeme el alivio de deshacerme de todas las etiquetas que otros han elegido y colocado en mí puta mi vida, hasta que tome: el último de mis alientos.





Y, luego, puedes elegir burlarte, simpatizar o encogerte de hombros. De verdad, después, ya no tendrás que pensar en mí, una vez más. Porque ya no estaré en la tierra. Seguirás tropezando en la misma piedra: volverás a pensar en mí y ese pensamiento te perseguirá, todos tus días. Pero el problema es que pensarás en mí otra vez. No importa quién seas, no importa lo fortificada que esté tu casa: mi familia está en todas partes. Y si eres real, entonces te encontrarán, te acecharán, te lastimarán y te tratarán como a una cucaracha. Sí queda algo de ti, se lo darán a los cerdos de postre. Te lo prometo. Ellos son muy buenos haciendo este trabajo. ¡Cuídate!



                                                                                                  FIN 



                                   

                                        Dedicado a Bobby Sherman julio1943/junio2025 in Memoriam




Fotogramas adjuntados

 

The Kennel Murder Case (1933) By Michael Curtiz

Knives Out  (2022) By Rian Johnson

Green for Danger (1946)  By Sidney Gilliat

Gone Girl (2014) By David Fincher 









0 comentarios: