Alexander Drake, 8 rounds. 8 relatos de boxeo y honestidad
Es curioso. Sentado
en mi estudio y pensando en el boxeo, siempre me hago la misma pregunta ¿Cuál
ha sido el mejor combate de todos los tiempos? AliVsForeman, DempseysVsFirpo, Sugar Ray RobinsonVsFullmer o HolmesVsNorton. No tengo ni idea. Pensarán Uds. ¡Qué arrogancia la de este amanuense —muy alejado de los medios— y menudo
conocimiento del boxeo! Pues sÃ. He visto mucho boxeo y sobre todo, del bueno.
Aquel con el que crecà siendo un niño, el mismo que nos transmitió el difunto
Héctor Quiroga silaba a silaba, gracias
a un tono de voz irrepetible de la vieja TVE en B/N. La agonÃa, la grandeza y
la supervivencia por llegar a la glorÃa desde el cuadrilátero; José Legrá,
Perico Fernández, Pedro Carrasco, Tony Ortiz o el inefable Urtain en la edad de
oro del último boxeo glorioso Made in Spain. Ha sido mucha la literatura en
todas sus variables que ha puesto la solfa a tan hermoso y cruel deporte;
poetas como Arthur Cravan y Joseph Moncure March. Periodistas y escritores: Manuel
Alcántara, Antonio MartÃnez Menchén, Jack London, Ernest Hemingway, Julio
Cortázar, Budd Schulberg, Norman Mailer o Gay Talese. Además de un largo
etcétera que me dejo por el camino. Y no olvidemos que muchos de los aludidos
fueron grandes entusiastas de este deporte, llegándolo a practicar como
neoprofesionales, Hemingway y profesionales, caso de Cravan. El cine fue otros
de los medios que han dejado huella en
la sociedad adaptando relatos, novelas o guiones originales; Cuerpo y alma (1947) Robert Rossen, el Ãdolo de barro (1949) Mark Robson, Set-Up (1949) Robert Wise y Toro Salvaje (1982) de Martin Scorsese,
etc. Asà como la cultura de Masas; Muhammad Ali y su activismo convertido en
mito por la planta joven de ECI.
Uno de mis
escritores y periodistas favoritos junto con difunto, Umbral es el maestro
Alvite—últimamente, lo está pasando mal— que estarÃa encantado con el libro de
nuestro amigo Alain, para el mundo literario Alexander Drake. Y el recuerdo, de
esta frase lapidaria en sus eternas crónicas del Savoy, “literatura y boxeo son
dos maneras exactas de escupir”. El boxeo es lo más cercano al dÃa a dÃa. Lo
entienden, de verdad. ¿Es demasiado heavy, descomunal, excesivo y underground para sus estómagos? El boxeo es la vida. La
vida es enamorarse, arruinarse, deprimirse o luchar por salir adelante. Un
infarto y una UVI ¿qué hacen? Un carcinoma de pulmón. Más de lo mismo. ¿Qué le
dicen los que saben de esto? Galenos y analistas de impoluta bata blanca:
luchen, peleen hasta el último hálito. Eso es el boxeo. Afortunadamente, en “8 relatos de boxeo” del
donostiarra Alexander Drake hay mucho de ello. Novela corta compuesta por una
serie de relatos escogidos —ex profeso— con la intención de componer un puzzle
de historias muy cortas y puntuales que son una parte de este noble deporte. Un
estilo narrativo donde se atisban ecos de un juvenal Jack London. Deudor de esa
obra de culto que fue la recopilación de tres relatos pugilÃsticos en la novela
Knock Out y muy cercano al pulp de los 40/50 con autores próximos al cÃrculo
de Lovecraft. Uno de los más prolijos en
esta temática, fue el extraordinario Robert E. Howard. Escribió alrededor de 25
relatos sobre esta apasionante disciplina.
El caso de este
escritor es único en todas sus variantes. Volviendo a las esencias que muestra
nuestro autor, veo paralelismos con autores que definieron su carrera en el
periodo dorado del pulp Made in Spain. Escritores como Silver Kane (Francisco
González Ledesma) y Lou Carrigan (Antonio Vera). Creadores de historias que
escribÃan como los ángeles y gozaban de una gran fidelidad entre los lectores.
En ese meridiano, que es el engarce con el pulp estadounidense, irÃa desde el
último tramo de los 40 a principios de los 50. El primer relato narra el
enfrentamiento entre un joven aspirante y el campeón de su categorÃa, un veterano boxeador curtido en mil batallas con
un desenlace trágico. El segundo entre un par de púgiles de mediopelo; un
afroamericano y un mexicano con la ferocidad y el amañamiento del combate de
por medio. El tercer relato describe con precisión el mundo del hampa desde las
entrañas. El mobbing para un púgil, a través de su resignado manager. El
boxeador se debate entre la moral y la ética. El cuarto relato es la historia
de un luchador orgulloso desde la introspectiva interior de su yo. Mientras
soporta un castigo contra las cuerdas insufrible. No quiere tirar la toalla. El
desenlace es extraordinario. El quinto relato es el reflejo de la ostentación
de las grandes familias de mafiosos por los palcos y terrazas de los palacios
de deportes donde se celebran las veladas. Dos boxeadores que disputan un
combate con el beneplácito de los hampones. El sexto relato es uno de los más
extensos y juega con un exquisito paralelismo de una generación de boxeadores
vascos que triunfaron en la Norteamérica de Hoover como Isidoro Gaztañaga y Paulino Uzcudun, lo cuales, boxearon con algunos de los
más grandes de la época: Carnera, Birkie, Lewis o Perroni. Bajo mi punto de vista, el mejor de todos. Muy
bien documentado y ficcionado por Drake. El séptimo relato es la pesadilla de
viejo boxeador arrinconado por las deudas y su mala salud, ante un maremágnum
de preguntas de lo pude ser y no fui. El octavo y último, la historia de un
combate a muerte con unos sfumatos a Hardboiled y un excesivo prurito por la
sangre.
En definitiva, un
trabajo gustoso por la minuciosidad de
los detalles, la puesta en escena y posiblemente, el punto más fuerte que
denoto en este libro: su excelente lectura de la psicologÃa introspectiva de
los personajes. La formación académica de Drake pasa por la facultad de
PsicopedagogÃa y eso se nota. Descomponiendo el término, encontrarÃamos dos
acepciones a este trepidante ritmo que imprime a sus relatos: pedagogÃa y psicologÃa. Ambas engullen a sus protagonistas; esos seres humanos, espejos de
un juguete roto. Y ahora maticemos. En el boxeo, no todo es sangre y ferocidad.
Existen muchos valores que a dÃa de hoy se magnifican en deportistas muy
cuidadosos, con estudios y muchos de ellos comprometidos con la obra social.
Ahora mismo me viene un boxeador argentino, Sergio “Maravilla” MartÃnez, muy
bueno. Leà un libro suyo excelente. No
me lo podÃa creer. Pero el boxeo moderno ha dado un gran vuelco perdiendo la
viscosidad y el tufo cutre de antaño. Por
último, no quiero dejar de recomendar este libro para todo aquel que quiera
encontrase con pálpitos Londonianos y sabor a buen pulp del viejo Carrigan. Una
prosa ágil, frenética y áspera que se devora de un tirón. Alexander Drake es un
autor muy interesante y lo digo con contundencia. De igual modo, que si les dijera: no me gusta. El buen escritor tiene que saber contar una historia y adjetivarla, lugar donde nuestro autor, AD tiene su sitio. Por cierto, felicitar a la Editorial
Lupercalia por la factura del libro; elegante diseño y un paginado muy agradable al tacto.
Dedicado a Tito Vilanova, Septiembre 1968-Abril
2014 in Memoriam
Fotogramas adjuntados:
The Set-up by Robert Wise (1949)
Raging Bull by Martin Scorsese (1980)
Alain Gonfaus/"Alexander Drake"