La plaga del planeta mediocracia: Celáa, Calixto III y rulosman
Siempre que me pongo un poco más de tebaína en el cuerpo, veo mejor las correrías de mi amado Diego, odiado, a ratitos, y alabado Maradona. Tumbado en su cama nupcial rodeado de tironeros de Lanús, pintando líneas de farlopa, en la mesa de ping-pong, de su mansión, en Pedralbes (DEP). La Barcelona de los 80: era la hostia. Mucho más divertida, y con menos alergia por el mestizaje de todo lo que limitaba, vía bajo Aragón o delta del Ebro. Había mucha chupa de cuero, mucho tupé, pantaca petado y melena de rulos, como los de Diego. Esperando, un concierto de AC/DC, otro de Stray Cats u otro de Carreras en el Liceo. Una ciudad radiante, volcánica y libre (aparentemente) con un Boss Yoda/VivaAndorra. No confundir con el pequeño encantador y superdotado GruGo/BabyYoda adoptado por el huérfano Mandalorian. Lo de la capital del principado, ya viene de lejos. Agonizaba el régimen del sátrapa gallego, en su lecho nupcial, y la clase media, Made in Spain se iba como si fuera un viaje a Lourdes a por cartones de tabaco, botellas de escocés, pantalones Levis, suéteres de Lacoste, zapatillas blancas Adidas, sacos de azúcar, radios, algún peluco guapo, y perfumes italianos. En la frontera, había, un recodo donde paraban a los sospechosos. La tropa del autobús, íbamos muy bien franqueados. Ya se encargaba del ungimiento, el chófer de turno, por unos cuantos cartones. Sabía muy bien, que picoleto, se los iba a coger y que el autobús estaba lleno de desgraciados, como los botones de su guerrera. Uno, miraba, a su alrededor y veía Mercedes de la serie 200 —de trinqui— de color acero perlado, con algún cartón de tabaco. Aunque, se quedaba en el ambiente; eso del abastecimiento del hijo, de todo vecino, no fuera con ellos. Un doble fondo en el maletero llevaba miles y miles de billetes de los reyes católicos a una banca simpática y cuatrilingüe. Andorra el país de las montañas y banca de fiar para la people de Pedralbes&Sarrià-Sant Gervasi. Lo digo, porque uno tiene familia, carnal, que no me quieren ver en pintura y se frotaban las manos en 2010, mientras agonizaba en una UCI."Pues, estic molt espabilat. A estonetas, pero lo cuento."Ya ha llovido, desde el concierto de los Clash en Madrid y más de uno el pelo se le ha quedado como al padre Laura Palmer. Otros, se han quedado con la cabeza del teniente Kojak: ni un puto pelo. Y por último, el clan de los fondones y barrigones versus Homer Simpson. Decía el insigne sociata de estimable y gran familia, dedicada, al devaneo de la venta de vehículos de segunda mano, que a España no la iba a conocer, ni la madre que la parió. Puede ser, Sr. Guerra. Sin embargo los 40 ladrones siguen en el poder y el régimen, que, a modo de despiste dejó algunas cosas, está hecho unos zorros. Cuando de repente la delicada UE se ve con eso del murciélago a la plancha, al igual que el Sepionet de Pinedo. Yo sé que al mandarín de turno se le caerá la baba, pensado en la hincada de diente que le va a dar a las alitas de lo Rat penat. Ahora, el fallero de turno, permítanme la licencia (uno que es un mestizo vasco/valenciano/requenense), no hinca el diente. El sepionet se devora, apenas queda suspendido en el plato. No pasa ni por los incisivos, va directo a los molares.
El resultado es obvio: todo el mundo en su casa encerradito, y si se sale a la calle, con el bozal reglamentario. Mucho cuidado con esa plebe descabellada, de risotada grande y mostrando caries: son los cabestros de San Fermín, sin bozal, ni cremallera que cerrar. Pisotean y saben empitonar. Y es que la pandemia del Covid-19 atenaza a la razón y los corazones. Hasta que te meten 33 centímetros de polivinilo por la boca. A otros les rajan la traquea y a meter tubo para respirar. Los más débiles, acaban en el hoyo y sin estadillo. La contabilidad de éxitus, no es el fuerte de la mediocracia. Son muchos quienes nos instan a plantarle cara. ¿Cómo? Bueno, quizá, el mediocrata, conocido como Dr. Simón. Para los amigos; Rulosman le llamaban body, es el auténtico Keanu Reaves. Sólo hay que ver al machote: más alto y guapetón. Siempre he pensado que el gran Dr. Bacterio era una eminencia de la ciencia y Mortadelo el mejor 007. Ahora con 54 tacos, no tengo la menor duda. Yo soy muy de apodar, es una cuestión antropológica, pero de eso ya hablaremos, igual que de Binford y los entornos hostiles. Es vieja deformidad profesional. ¿Me consienten, que finiquite al gran Dr. Simón? Cuando le veo con esos ojos que parecen chapas gigantes de Fanta limón. Dudo si poner el tema de Radio Futura (no hace falta que lo tarareé) o el cómo Perdimos Berlín de Gabinete Caligari. Simón pertenece a esa estirpe de mediocrata —auténtico paradigma— que único, trofeo, con relativa excelencia al que aspiró, en su momento, fue a un Master en curvatalogía estadística. Son de estos que oferta el paio Mark Zuckerberg por su estantería del marketing. Rulosman es un surfero intrépido en las olas del Algarve portugués, ya que las de Zahara de los Atunes, no son lo suficientemente hermosas, ni agrestes para su gran habilidad, encima de la tabla. O las de mi viejo Cantábrico, esas —de una infancia en blanco y negro— a la bilbaína. Todos los días lluvia, sangre, vísceras y tricornios sin dueño. A veces, me pregunto, que hubiera dicho el inefable Unamuno, a propósito de la paisana Celáa. Vasca, burguesa alta e impía, de Batzoki con pedigrí, y mansión mirando a las olas. Yo le hubiera dado la respuesta; creo que toda la pasta que se va ahorrar quitándose de en medio a la educación especial y las clases para esos hijos de Dios que sólo sus padres saben lo que es luchar contra alguna de sus patologías. Ella, con su voz pedagógica y fanfare de convento de clausura: Sor Isabel, antigua alumna del Sagrado Corazón. Medio PSOE, femenino ha pasado por esa orden…Algo regalarán. La huella intelectual que dejó en su interior, hizo que sus dos chicas —los amores de parto de una madre son sagrados— fueran al elitista colegio de las irlandesas de Lejona (no al condón y no al aborto). No se preocupen, por la ministra con nombre de reina conciliadora —que va a terminar— con un buen trasplante capilar, un ligthing, a poder ser del número 9 y una turné por Vitaldent. Tan sólo, decir, que va de parte del Chiringuito de Pedrerol: dientes hiperblancos. Igual la vemos de rubia cañón versus Vogue, con un japonés descapotable eléctrico. Empero, todo es una cuestión de miedo, una de los grandes sostenes de la antimeritocracia y la admiración, en su puesta de ejecución, por decreto de la mediocracia. ¡Escuchen a Poe. Cantamañanas! Qué sabio era Poe, que abordó el asunto en cuentos como “El rey Peste” o “La máscara de la muerte roja”, que protagoniza Próspero, un príncipe que construye un palacio magnífico e inexpugnable para escapar de la muerte, que le alcanzará en forma de espectro. “Nunca hubo peste tan mortífera ni tan horrible. La sangre era su emblema y su sello, el rojo horror de la sangre”. No sean malvados que veo sus dientes afilados como garfios, al comparar ese palacio con la Moncloa.
Sería
una maravilla ver a unos cuantos haraganes/as haciendo instrucción y pasando
por la barbería de la chaqueta metálica de el Viator. Empezando por el aristócrata de
Galapagar y terminado por ese neofranquista, con trasplante capilar y de barba,
llamado Cascabal. Además, como se hacía en mi época, ¡era la hostia! Si te
tocaba infantería de marina, eran 18 meses limpiando la cubierta de la fragata
de turno. Se lo imaginan. En 8K e IMAX,
y entrada gratuita. Sin embargo, el virus está con nosotros, en nuestra
propia genética, desde miles y miles de años. Unos 9.000 AC. No hay vuelta
atrás. Somos lo que somos. La mediocracia lleva a todo el mundo a subordinar
cualquier tipo de deliberación a modelos arbitrarios promovidos por instancias
de autoridad. Cabría pensar que un rasgo común entre quienes comparten este poder
sería el de esa jodida sonrisa cómplice. Al creerse más listos que todos los
demás, se complacen con frases cargadas de sabiduría tales como: “Hay que
seguir el juego”. Solo se consienten lo insípido, la grisura, la normatividad,
la reproducción y las afirmaciones mecánicas de lo que resulta evidente. La tendencia a eliminar a los mejores —quienes tienen
más méritos— se ha ido fortaleciendo regularmente y hoy hemos llegado a un
punto en el que la mediocridad, de hecho, hasta se reverencia. Mientras que la
propensión al trabajo bien hecho se considera un problema. Esta maniobra se revestirá de palabras vacías o, peor
aún, será el poder el que se defina con palabras asociadas con aquello que más
odia: descubrimiento, aportación, virtud y obligación. Y todas esas excelentes
mentes que no participen de semejante farsa serán aisladas y este aislamiento,
naturalmente, se llevará a cabo de manera mediocre, a través del rechazo, la
negación y el odio. ¿Qué es lo que mejor se le da a una persona mediocre?
Reconocer a otra persona mediocre. Juntas se organizarán para rascarse la
espalda, se asegurarán de devolverse los favores e irán cimentando el poder de
un clan que seguirá creciendo, ya que enseguida darán con la manera de atraer a
sus semejantes. Primero lo observarás en la educación primaria y después, te
sorprenderá como la universidad está dispuesta a ser manoseada con tal de
conseguir alguna dádiva, voy a ser generoso y utilizaré, el término subvención.
Profesores en disputas intestinas, abusando de becarios aturdidos —entre falsas
expectativas a cuenta de los putos doctorados— de jóvenes talentosos que son la
verdadera expresión del talento capado. Todos ellos en manos de un ministro que se cree que tiene 19 años y vive en mayo de 1968. Ellos mismos entran en el círculo de
los idiotas, creando terroríficas estructuras jerárquicas que obstaculizan la
creatividad. Al final todo ello, para volver al mismo sitio, que definió el
gran David Simon en su adictiva y real Baltimore, atiborrada de traficantes que
magnifican los criterios de obediencia de las esquinas. Toca aguantar al tonto
de las almendras y la mezquindad de una sociedad insípida, el pensamiento crítico
es una quimera, donde Victor Hugo nos avisó: “Cuanto menos miedo, mejor. El
miedo nos castra y nos degrada”. Cualquier desgraciado con una peluca y que
dice ser periodista con sólo el graduado escolar, te hará la vida mejor, mucho
más que una olla exprés cubana. Bienvenidos al planeta mediocracia.
Dedicado a Juan de Dios
Román diciembre 1942/noviembre 2020 In Memoriam
Fotogramas
adjuntos
Madame
Curie 1943 by Mervyn LeRoy
Joy
2015 by David O. Russell
The
Strange Woman 1946 by Edgar G. Ulmer, Douglas Sirk
Temple
Grandin 2010 Mick Jackson
0 comentarios: