Diálogos fingidos
Por aquí. Lo estás
viendo, cielo. P-o-r a-q-u-í. ¿Eres lo suficientemente tonto para ofrecerme un
millón de dólares por el paripé de tu obra sobre la Sra. Wolf? Qué poco me
conoces, Ricky… En el fondo, todo esto me pasa por ser una esposa tan
comprometida—Qué ya no lo soy, tuya. Por eso, por la cuestión del compromiso me
he divorciado de ti y de unos cuantos más que vendrán. Richard—Si me dejas, me
mataré—¡Hey, tigre...No te me pongas melodramático a estas horas. Tómate una
copa y no seas mentiroso! Te crecerá la nariz…Y, ahora con tu permiso me voy a
dar un homenaje de caviar sin pan con un Don Pérignon sin burbujas.
Edith—Marlene,
cuando mis ojos te miran. Mi corazón se alborota. No me importa lo que diga la
gente. Mucho menos me importan sus putas
leyes. Marlene— Mon chèri, nosotras tenemos una edad en la que
necesitamos ser bellas para ser amadas, y otra en que necesitamos ser amadas
para ser bellas. No tenemos que decirle a la gente lo que vale un peine. Somos,
Dietrich&Piaf. Cantemos, bebamos y amemos juntas. Edith—Cerca de ti, no le
tengo miedo a la vida. Te quiero, amiga mía. Brindemos por Paris, Berlín y New
York—Marlene—Arranquémonos por un tango. Ja, ja… (Risas)
Kurt—Admiro a la
gente que vive sin problemas, que mira el mundo con despreocupación. A
diferencia de ellos, yo sufro más de la cuenta. No lo entiendo. Cuando era
pequeño soñaba con ser lo que hago ahora, y ahora que cumplí mi sueño me doy
cuenta que no es tan fácil ni tan fantástico como pensaba. Creo que en el
fondo, los tipos que merecen la pena son esos, que con un giño o una mueca son
capaces de hacerte reír y en realidad son felices. Uno no termina de entender
esa pulcritud por lo sencillo, lo fácil y lo comprensible. Sigo sin entenderme,
pero la vida es así. Siempre admirare a esa clase de tipos como Duke y Dino.
Mírenlos, es que son acojonantes. Los quiero, me hacen sentir bien.
Dean (Dino) —¿Duke,
no crees que todos estos que nos están mirando, podrían ser hipotéticos
chupadores de pollas?—Duke —Venga, atento al escurridor y no me vuelvas con el
siroco de las miraditas... Dino —Vamos, púgil… Si todas esas miradas chuparan pollas estaríamos extasiados.
Duke—En mi puta vida, vuelvo a cocinar contigo. Siempre lo he dicho; habla en
voz baja, despacio y no digas demasiado… Dino —No te pongas trascendente como
el colega Brando y pásame la botella de Bourbon…(Risas y más risas...)
Fin
Dedicado a Guillermo Llobet 1981-2014 in Memoriam
Dedicado a Guillermo Llobet 1981-2014 in Memoriam