“Se acabó el pastel, Jessica y Sam”
Hablar de los amores perfectos e idílicos suele reblandecer el alma como
las canciones de Sarah Vaughan y el aroma a pastel de manzana con arándanos.
Mientras escribo unas movidas por un encargo de marras (para variar) ha venido
la vieja musa Mnemea y me ha susurrado al oído: —No te agobies, un negro marca
su tempo. Escribe suave y deléitate con la música de fondo. Luego, no me den la
murga con el asunto del Titanic y los rastreos del ciberespacio. Eso, a los
tertulianos de la Academia del Sr. Lara y el Observatorio del Vaticano (la
misma deyección) por la propiedad conmutativa de toda su curia. Hay tantas
agencias de detectives por la webesfera, como becarios científicos del CSIC en las terminales de Barajas buscándose una
manduca digna. Tantos, que Corleones —farrucos y apalancaos— escaqueando
contabilidades Made in Fidecaya” a la indolente y cívica Suiza. ¡Venga, qué
está sonando “Boogie Chillen” de J. Lee Hooker! No se amarguen, que al final
somos cuatro días y hoy es S. Valentín. La cuestión es que me he dado de bruces con esta noticia en
la aldea de Googlelandya —saben que soy lento por razones genéticas— e igual,
Uds. ya sabían del menester mediático, que
ha suscitado mi latente curiosidad. Cito textualmente: “La pareja de
intérpretes Jessica Lange y Sam Shepard se han separado después de una relación que
los mantuvo juntos 30 años”. Bien, que se
acabe el amor no es una tragedia en el tecnológico
siglo XXI. La cantinela es muy antigua. Todos los días aparecen nuevos
enamoramientos y rupturas de turno. Lo que me inquieta, es que debo de ser un dejado del planeta.
Siempre
que visito a mi peluquera —la adoro— es como Jennifer Tilly; “la novia de
Chucky", en carne y hueso repleta de cariño. Hablamos de la vida y el
suavizante capilar. Luego, comprenderán que no tengo tiempo para leer el
“Hola”, ni el “Coure” ni el “QMD”. La sorprendente noticia está fechada
en la sección de espectáculos y cultura del Diario el Mundo en 2011. Lo
llamativo no es el tiempo de esa relación hipada. Ya que Sam y Jessica nunca
estuvieron casados. Lo más chocante, es que en el año 2011 dicen; que ya lo
habían dejado desde hacía dos años. Es decir, la vida marital había
pasado a tiempos preteridos en 2009. En fin, no sé cómo decirlo, pero yo he
soñado con esa mujer tanto como los personajes de “Crónicas de Motel”
funambular en los parajes de la profunda Texas del genial autor. Es una
experiencia caleidoscópica toda su obra —léanla, de verdad— aún tengo aquel
latir de mi corazón runruneando mis sienes. No quiero hablar de la versión
cinematográfica porque me emociono y no está el patio para demasiadas alegrías.
De su pareja, Jessica Lange me enamoré cuando, apenas tenía 10 años en un
vetusto cine de reestreno viendo la versión del King Kong de Guillermin
al lado del “joven Nota”, Vintage 76. En aquel templo mágico de barrio, nació
un icono para toda una generación; “la Lange”. Algo así como Marilyn para unos
o la Bardot para otros. Dependiendo de las máquinas del tiempo. En mis
noches blancas, he enviado mensajes a Morfeo en clave “S” pensando en el cuerpo
de la hermosa Jessi. Creo, que un hombre como él, tenía que tener a su lado la
mujer perfecta y se la ganó.
¿Acaso
Sam, no es también perfecto? El hombre renacentista por antonomasia del S. XX.
Una generación de intelectuales brillantes y eléctricos; los Rock Cool: Zappa,
Dylan, Lanier, Morrison, Reed, Robertson o Young junto a un montón de coetáneos
europeos muy cercanos a la Nouvelle Vague. Un tipo bello, duro, preciso,
sensible, y listo como el hambre. Se crió en un ambiente castrense, hijo de un
piloto alcohólico y una madre figurante. Hizo de todo hasta que aprovechó todas
las becas del estado del bienestar Made in USA. Porque los Estados Unidos de la
quimérica América huelen el talento y no iban a prescindir del suyo. Ése, que
es mil veces más difícil de conseguir que cualquier sueño europeo en el nuevo
siglo Merkeliano. Un día cayó en sus manos Beckett. ¿Sería por la complicidad
santoral? ¡Qué va! Sam es igual de exquisito cuando escribe, que de
aplicado al mando de un par de baquetas! El intelectual con callos en las manos
tras la recogida de naranjas en la soleada California. Los mismos que dejan la
esquiladora de ovejas y los doblados de lomo, cuando llenas la cámara
frigorífica de Budweiser en la barra del bar —un sitio, donde uno se gana el
doctorado en psicología— y después los premios. La consagración, la
gloria y la libertad; Obi y Pulitzer. ¿Quién le dice algo al escritor, poeta,
actor, guionista, dramaturgo, músico, pintor y modelo? ¿Por qué han visto Uds.,
últimamente, a alguien tan guapo y con tanto talento? ¡No me jodan!, qué
hay alguno por Mediaset… ¡Vamos, vamos! Piensen rápido como los concursantes
del divertido “un, dos, tres…Responda otra vez” En fin, ya les digo que
sufro de ausencias inmediatas. Sam es el tío americano. Ése, que mandó a tomar
viento al pretencioso Antonioni. El coronel de batallón que se fuma un puro
mientras explora las posibilidades de un ataque certero en Somalia. El
guionista de Paris-Texas.
El padre
de la familia agobiado en “Country” y el astronauta (Yeager) elegido para
la gloria de la NASA. Mientras, las bambalinas de Rafelson aguardan; un
director correcto, buen tipo y poco más. Se empecinó en hacer el remake
(de la obra maestra de Garrett) “El cartero llama dos veces”…Lo he dicho,
por la blogesfera, los remakes son como las escopetas de feria. Obviamente, Sam
como todo hijo de vecino se obnubiló de los deseos y la primigenia hormonal del
macho más castizo. Shepard, suspiraba por los poros de la mesa, donde Nicholson
levitaba a la platea del cine. Pero fue el tiempo, aquel, que nos da fuste,
carácter, sabiduría y sorpresas cuando se trazó en esa derivada temporal entre
Malick y Pollack. Apareció “Country” y el amor despertó a Cupido y el
chaman de Fort Sheridan. La poesía, que condicionó esta convivencia
me hacia soñar. Pensé, ¿hay una empatía extrasensorial entre los talentos?
¿Cómo se encuentran, los más hermosos, entre ellos? Difícil, pero me lo huelo.
Estoy convencido que la naturaleza, a veces, nos da estos regalos. Y en otras
ocasiones, nos sirven hiel de postre en bandeja de plata. Lo que tengo muy
claro, ahora que mi país anda como yo inundado de remiendos; el mismo,
que repica este viejo teclado. Es una putada: sufrir en silencio. No hay nada
poético ni heroico en la postura. Te aguantas, como en el amor. Por mucho
empeño de John Paul Young, siga con su cantinela; “está en el aire…” Pues,
no sabíamos que Doña Jessica estaba enamorada de España y el genial Sam,
también. De la musa —siendo una Lolita— buena fe puede dar Paco Grande (un tipo
genial) lleno de energía y generosidad. Menudas clases magistrales de
fotografía le impartió a la bella afrodita de Cloquet.
Del poeta, un entusiasmado Eduardo Noriega. Aún, sigue obnubilado con el
talento de Butch Cassidy en la versión Made in Spain del andaluz Mateo Gil. En
esa relación, Cervantes iluminó alguna conversación. No tengan la menor duda. ¡Ya
sé que alguien me tirará de las orejas por dejarme algo tan hermoso como el
Bolshoi! Sí, el último Nurayek, se llamaba Mikhail Barishnikov y bailó con la
chica de Minnesota. De aquel baile —nuevamente, el amor— nos dejó una encantadora
hija, Shura. Obviamente, si eres guapo terminas con las guapas y las guapas con
los guapos. ¿Recuerdan lo que decía la Turner? Sí, aquello del talento y las
feromonas… Sin embargo, la presa de King Kong le gusta capturar hadas o quién
sabe si algún rincón mexicano. De fotografía —la Cora en Technicolor Kodak— lo
borda, porque un maestro asturiano es garantía de éxito. Pero, para buen rock, nada como la poesía del tejano. Adiós, hermosos,
adiós a mi pareja soñada. Las flechas de Cupido desaparecieron como los T. Rex.
Me ha costado buscar un epitafio a 30 años de relación tan empática con mi
vida. La admiración que siento por Sam y Jessica sólo se puede resumir con la
misma amargura. Esa, que nos deja la vida tras incontables desayunos, comidas,
y amaneceres utópicos. Los lamentos de los niños cuando lloran apestados de
heces, los biberones al baño maría, los despertares de madrugada y el sempiterno
etcétera. El trabajo en el insomnio de eso, que es el pan
y cebolla hasta la muerte.
Siempre os quedarán esas criaturas tan sublimes: Samuel Jr. y
Hanna. Claro, que viniendo de un hombre escéptico, del Noir y amante de las
cosas más lúgubres del planeta; servidor. La cuestión podía haber derivado a
empatías más trascendentales. Por ejemplo, la monja y el gangster. ¿Quién no
les dice a Uds. que la verdadera vocación de Shepard es la de sicario y la de
Miss Lange seguir a Dios? Pues, todo se
podría resumir en este diálogo: —Jess, estoy harto de ti—Sam, secundo tu frase
letra por letra—No aguanto más. Estoy cansado de poesía y dramaturgia…— ¡De
verdad, machote! — ¡Me marcho con Brad Pitt a liquidar canallas de “medio
pelo”!— ¡Ya tardas! — ¡Me dejas!—Evidentemente, no te compares con el más
hermoso de todos… —¿Quién?— ¡Jesucristo! — ¡Jess, pero qué dices!—Me esperan en
la institución mental de Brigarcliff. Tengo una cita con el padre Howard. Voy a
hacer los votos. ¡Luego, no me busques, que me he ido con el crucificado!—Muy bien…
(Resopla). Yo mataré lentamente. —Haz lo que quieras…— ¡Se acabó! Sam—Se acabó,
cielo…Suerte. Lo suelo decir, en más de una ocasión. No hay peluca que soporte
100 años, ni amor en la vida que se
estampé contra una flecha. Ya no quedan amores como los de Newman y Woodward.
Nada es indisoluble. Solo queda el “Memento Mori” del viejo Lang. De mi
discoteca lo he buscado una y otra vez. La solución pasa por esta canción que
fue tema central del film “Hertburn”
1986. Se tradujo en España por “Se acabó el pastel”. Pocas veces, un
traductor de títulos de cine ha estado tan sembrado. Film protagonizado por
Jack Nicholson y Meryl Streep, dirigida por el ínclito Mike Nichols y
fotografiada por mi adorado Néstor Almendros. El guion de la fallecida Nora
Ephron, a modo de experiencia personal, es la única obviedad de esto que
buscamos todos los días: el amor. Feliz San Valentín, es tiempo de enamorados.
In Memoriam a Sam Shepard noviembre 1943- agosto 2017
Dedicado a Carly Simon, Nora Ephron y la gente que se enamora en San Valentín...
Nota
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Jessica Lange es la hermana Jude Martin en “American Horror Story:Asylum” (2012)
de R. Murphy
Sam Shepard es
el matón, Mr. Dillon, en “Killing Then
Sotfly” (2012) adaptación de la novela
de G.V. Higgins