El extraño caso Bovary 21, convertida en “Tinta amarga”, (Amazon) y Anna Genovés
Seguramente, Uds,
vosotros-as y resto de la bloguesfera. Estaríais esperando una nueva entrada de
servidor; inquietante, bizarra, cinéfila o pseudolírica. Lo siento, va a ser
que no. Como la frase televisiva tan pudiente y grandilocuente, que el burgo ha
beatificado. Hoy tengo que hablar de una persona especial; la poeta y
escritora —novel—, Anna Genovés. Acaba de
publicar su primera novela. En el IBP, no somos partidarios de hacer críticas
sobre otros compañeros-as de la webesfera. No por ello, todos los blogs y
publicaciones que sigo, a los cuales,
profeso un cariño inconmensurable por sus contenidos —independientemente—
de estilos, maneras o gustos. Han puesto en marcha mis dendritas a la búsqueda
de nuevas tentaciones. Próximamente, intentaremos la quimérica opción de hablar
de ellos-as en un futuro no muy lejano, esencialmente, todos aquellos-as que
publiquen algún libro o similares. Los blogs que sigo me gustan: irradian
honestidad y atrevimiento. Ya me conocen, no suelo morderme la lengua. Lo digo,
sin reparos. Me voy tomar la licencia de otra Ana, que es mucha “ANA y María de apellido Matute”: “El que no
inventa no vive”. Tan solo hacer un pequeño apunte —es una aclaración a todos
los lectores-as de este espacio— a todo lo dicho aquí, en su momento. Y es que,
por fin la novela Bovary 21 echa a correr como mandan los dioses en los cielos
de Atapuerca. Bovary 21 deja de ser un libro mal acabado, a modo de biblia
mormona, en cajas mal precintadas por un rincón de casa. Vendiéndolas como las
anfetaminas de Burroughs en una de sus novelas. Hace unas semanas, Bovary
21 se ha convertido en “Tinta Amarga”. Razones más que de peso y tonelaje
peligroso las ha habido y las hay. Punto y pelota. Una de ellas, el vilipendio
al que fue sometida la novela, por parte de los llamados “editores” por no
llamarles otra cosa más gorda —que me la voy a callar— porque tengo la
izquierda de Sugar Ray Robinson. La segunda y tan nauseabunda o más que la
primera; el plagio, por la patilla, que
nos llegó de nuestra amada Francia. Sí, como lo ven y lo comen. La cara del
individuo, puro cemento armado, envuelto en ínfulas de bloguero — y autor,
enamorado de la obra de Flaubert— el fulano, George Levi. Qué poca originalidad
la este sujeto y falta de elegancia. En definitiva, saber estar. Incapaz de
contestar al montón de mails que se le enviaron vías blogger y G Plus, en la
lengua de su paisano Balzac. Poco aprendió del bueno de Charles Bovary. La
sabia Francia y sus aires de grandeza de Vichy: malditos nazis. Algunos lo
llevan en el ADN, sí. Ya lo sé… Les debemos eso de la revolución francesa y el
jodido bla, bla y más blablá... Pero como se las gastaban los jacobinos, menudas
víboras y sus cuchillas. Prefiero las revoluciones de red social versus Pablo
Iglesias, un chaval muy apañao, que está haciendo una gran carrera con muy
buenas maneras. Cómo no voy a enredarme
más en viejos fantasmas de antaño, y la novela está COMPLETAMENTE CORREGIDA, MAQUETADA Y EDITADA, gracias a la tecnología
del gigante de Seattle, AMAZON. Voy a ser breve y bueno. Eso quisiera, este amanuense. Un
aviso para navegantes. Amigos-as, no se dejen estafar por negocietes de la coedición. Si son vanidosos y tienen algo que
escribir, porque anhelan dejarlo a posteriori y gloria de futuras generaciones:
Amazon. Si optan por la honorable acción, de
un contrato con una editorial, tienen unas probabilidades del 4% que les
suene el móvil; y alguien les diga que su libro es bueno. Y por último, si
quieren alcanzar la gloria: ganen un premio del colectivo Mr. Lara. Se darán de
hostias los agentes literarios por contactar con sus mercedes. Lo dicho, aquí
por activa y por pasiva. Lo escrito sobre Bovary 21 sirve para “Tinta amarga”.
Empero, estamos antes un libro mejor desarrollado, ampliado y trabajado. A ver,
no es que la original Bovary 21 fuera un mal libro. Era un libro patéticamente
editado y tipografiado. Hablamos una obra al 75%, que no es un trabajo al 100%:
completa. Muchos de los personajes iniciales, ahora son tres veces mejores. La
trama sustantiva es la misma. Es decir, nuestra querida, Vera Carmona y los
affaires por la vida del espionaje y el sexo rápido siguen en los mismos lugares. No obstante, en esta
edición encontramos matices que enriquecen el resultado final. Los detalles en
la literatura como en la vida son imprescindibles. No quiero olvidarme del gran
periodista, traductor y escritor José Luis Moreno-Ruiz por su generosidad, en
el excepcional prólogo que antecede al inicio de la novela: un lujo. Gracias,
amigo. Por lo demás, hacerles una confesión. Se habrán dado cuenta que hablo de
maravilla de Anna Genovés, evidente. Lógicamente, uno es el esposo, y no un
pobre desgraciado de Charles Bovary, afortunadamente. Aunque siento admiración
por algunos de los valores que representa tan insigne personaje. Luego, si
puedo aportar algo a la carrera personal de mi señora: escritora y poeta, es
fácil la máxima. Todo el autobombo del mundo y lo que le haga falta. De
momento, es la esposa con la que más años llevo a su regazo, y, evidentemente,
la mujer que me hace feliz. Lo dicho, no tienen excusa para perderse Tinta Amarga.
Es muy sencillo, se van al enlace de Amazon y por menos de lo que vale una
jarra de cerveza holandesa y un pincho, tienen una novela entretenidísima. De
eso se trata, de pasarlo bien y ahí Anna Genovés es una gran autora. Mencionar
que el libro me lo ha dedicado a mí y al bueno de José Luis Moreno-Ruiz. No
creo que JL, tenga un ataque de celos, a estas alturas. Estamos muy mayores
todos. Je, je... ¡Venga, ahora toca disfrutar con la crítica que es la misma, y
más que suficiente! No creo que haya eco en otro medio. Ni empujando. Bueno, a
lo dicho, hecho y pecho. Abajo queda la lectura de la novela, que en esencia,
Pere Bessó reflejó con muy buen criterio y miramiento.
El acto fue
presentado por el poeta, escritor y traductor valenciano; Pere Bessó González que ejerció de Cicerone con su habitual estilo,
magisterio y lucidez, al cual, nos tiene
acostumbrados la bestia de Mislata, mucho
Pere. Se nota el oficio del veterano catedrático en el magnífico ejercicio
de la oratoria. Dio paso a un excelso viaje homérico desde el pueblo del Dr.
Charles Bovary y terminó con Rinconete y Cortadillo en un alud de epítetos y
halagos dignos de la última edición del
María Moliner. Sin embargo, él que de tonto no tiene un pelo; era reo de
su subconsciente, ya que destrangis
estaba traicionando a su amado Pompeu
Fabra. Ahora, Bessó es los que miran a los ojos cuando da la mano y la sabe
apretar. Me gustan los viejos boxeadores que saben respetar la campana y tomar
aliento en el taburete. Totalmente,
de acuerdo en ese análisis de la
protagonista de la obra, Vera Carmona con su alter ego Madame Bovary (la bella
Emma Rouault) en la sempiterna búsqueda de la felicidad y la redundante
insatisfacción de la realización con ser, mujer y proyecto de esposa del
utópico médico positivista D. Charles, perdido en la profunda Normandía. Y
el apuesto amante, León. Ese consuelo, guapetón
y hábil cerrajero de las enaguas solemnes y perennes del remordimiento
de Doña Emma. Correcto hasta aquí, vamos bien. No obstante, en esa orgía el gran
Bessó volvió a viajar por el realismo y tocó con el realismo del nuevo mundo;
el sucio. La utópica Norteamérica, que es la tierra prometida y adorada por
nuestra autora. Frenó, cambio de marcha y retrocedió hasta el siglo de oro de
la piel de toro y fue cerrando el
maestro la faena para dar paso a la protagonista del evento; AG. Bueno,
pues va a ser que Rinconete y Cortadillo se los llevó por delante “Alias”
Carmona y Rocinante se transformó en una Honda como la que pilota esa criatura
que hace rugir la grada del circuito Tejano Made in USA del circo Moto GP, Marc
Márquez. Sí. En realidad, Vera Carmona (nuestra protagonista de Tinta Amarga)
es una mujer de armas tomar, erigida en la blogesfera de la mano de su
creadora. A partir de tres relatos que publicó en su blog personal.
Inicialmente, todo el mundo supuraba en la webesfera con el famoso
"Tautador". Posteriormente, "el Motero" otro éxito de post.
Y, finalmente, el relato —llamémosle— fantasma o evadido, llamado “Bovary 21”,
ahora ya, hecho la nueva Tinta Amarga. La habilidad de esta autora, para hacer una novela cuasi Noir es soberbia, al
armar de sentido narrativo, pulso y ritmo todo el conjunto. Es divertido, a
toro pasado escuchar de la autora como la blogosfera estaba en plena orgía algorítmica con las glándulas
genitales de estos protagonistas en celo. Pues, algunos cacareadores veían a
una nueva opositora a Grandes o Tasso.
Nada más lejos de la realidad. Anna Genovés, es otra historia, muy diferente de
las citadas y lejos en sus influencias como ha demostrado en su espacio
blogesférico. Construye y deshace médula literaria con los más sucios
“personajillos” y troupe rellenos de cascabelería que Bessó enumeró a modo del
viejo Umbral; como bujarrones, julandrones, milindris, machitos, sementales fashion
(esta acuñación es del que redacta), hermafroditas inocuos, acosadores de tres
al cuarto, empinados de viagra falso y simulado paquete de entrepierna rellena
en pañal de Ausonia. Feministas
amargadas, viudas resentidas, madres sobornables y pipiolas a chica cañón
repletas de silicona Mediaset. No obstante,
el lenguaje lo proporciona la autora, cuyos libros favoritos hasta la
fecha son: “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, “Madame Bovary” y “La
noche de la 7ª séptima Luna”. Vean que autores tan dispares e
inquietantes; Stevenson, Flaubert y Hall. Sin embargo, en petit comité nombró
lo mejor del Pulp made in Usa. Desde Howard, Wells hasta los Noirs “Hard
boyled” con mixturas de “Spicy&Saucy” y parafilias gays. Autores de los más
grandes de la literatura, que se iniciaron en este género como Hammett, Doyle o
Daly para "Black Mask", junto a los otros pulp más sexuales; Banis,
Davidson o Meaker, Bannon al lado del romanticismo de Stan Drake.
Es parte del
subumundo cultural junto con la música, el cine serie-B, el comic y la TV de la
autora. Anna Genovés presenta en Do mayor un thriller erótico con trasfondo de
espías corruptos, dentro de una conspiración terrorista en el próximo oriente,
cuya protagonista; es una mujer fatale, aparentemente, frágil, inquieta y muy
impulsiva que rebusca en su interior quien es, dónde va y el porqué de su
existencia. Topando con las nuevas camarillas de gangsters del milenio Whatsapp
que rulan por las hojas de Tinta Amarga.
Lo mejor de la historia, no es el toqueteo, sobeteo y las impúdicas
secreciones vaginales de sus páginas. Qué si hay mucho de ello—lo digo por los
puristas y críticos de la mala baba— y si de Neonoir más próximo a la nómina de
citados anteriormente. Si hubiera que dar alguna referencia peninsular —según
ella— Vázquez Montalbán y ligeros
sfumatos de Terenci Moix. O la
vieja guardia del pulp peninsular de la mano de Freixas, Prunés, Carrigan o Joseph Berna. Empero,
estamos ante un pequeña novela con raíces pulp en todos los sentidos. Ritmo
trepidante, ágil y adictivo propio de
los consagrados que anduvieron por este mundo o "microcosmos"
literario, que es más digno de lo que mucha gente piensa. Diálogos rápidos,
intrigas sin cuartel, que atrapan al lector. Viaja a la velocidad de un
personaje de Robert Ludlum y se jacta de la parroquia como una Nikita
postmoderna, creada por el añejo Charteris en blanco y negro. Evidentemente,
habrá quien se sorprenda del porqué Anna Genovés escribe esta novela como si
fuera una transmutación de su poesía desarraigada y con sonidos beat hacia este
viaje entre lo idílico del resignado Charles Bovary y los malvados de medio
mundo. Reitero, sus lectores —entre los que me encuentro, yo— de ese blog que
es una bendición de la blogesfera, “Memoria perdida”. Viene publicando desde hace un año y medio,
bisemanalmente. Nos vamos a encontrar a un personaje inolvidable. Me contó
durante el vino de la velada—apenas pude charlar y hacerle unas preguntas— que
estuvo en nómina de la editora Antonia Kerrigan ¿Les suena el nombre? A los ilustrísimos
opositores a escritores de algo gordo. ¿Seguro? Algo, ¿sí o no?… Pues, sí.
Estuvieron a vueltas y rondallas con una de sus tres novelas que tiene
escritas, unos tochones de 450 páginas. Yo soy incapaz de escribir 8 folios.
Anna Genovés se especializó en Historia Antigua y arqueología. Ha estado en
excavaciones y yacimientos. Egiptófila y conocedora de la geografía del Próximo Oriente (ese detalle se deja ver en
las localizaciones del relato). Es culta, pero sobre todo es una mujer, por encima de todo llena de
hermosura, sensualidad, timidez y honestidad. Hay que tener duende para
confesar que es disléxica y no lo
esconde. Qué comenzó a escribir a los cuatro años y todavía se sonroja de sus
poesías, cuando apenas tenía 11 o 12 años—Comenta; “siempre llevo una pequeña libreta y un pilot a mano… Imagino
constantemente, situaciones, historias, instantáneas. Todo me inspira…”—Le
pregunté, ¿qué estás leyendo, últimamente?— “Poesía cruel” de Vicki Hendricks.
—Curioso — ¿Sabías que es de Florida? —Sí, lo sé—Y tú de Valencia— Bueno,
siempre han hablado que hay algo del Mediterráneo en la soleada península
americana, je, je…—Gracias. —Y que es lo que te llama la atención de T. Moix —su pasión por la
belleza— Bueno, a todo el mundo nos gustan las cosas bellas —Si, Jon, pero como
le gustaba decir al gran Terenci ¡Ay, el amargo Don de la belleza! Bendita o
Maldita, elucubración. C´est la vie. Afortunadamente, para los lectores es que
AG, tiene claro lo que quiere y hacia dónde va. Disfrutemos de la auténtica
protagonista de esta historia: su creadora. Es el momento de Anna Genovés y
si hay un libro que no estafa, ni decepciona al más exigente de ese chorro
imaginativo, que es esta escritora Made in Valencia, con alma sureña, la cual,
no deja indiferente a nadie. Algo muy importante en la vida, que hablen bien o
mal de uno. Te querrán u odiarán. Dante Alghieri ya lo explicó muy bien hace
cinco siglos. Es el momento de Tinta Amarga, una novela que tiene andares a lo
Jason Bourne de 213 páginas, vibrantes y adictivas: puro entretenimiento.
Dedicado a todos los blogueros y blogueras de la webesfera.
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